domingo, 9 de agosto de 2015

Qué ver, qué hacer y qué no hacer en París

Hace unos días mi amiga Leti me escribió un mensaje anunciando que en septiembre iría a París con una amiga, y en el cual me pedía recomendaciones de qué ver en la ciudad un poco fuera de lo común y del circuito turístico.

Yo estuve una semana con mis amigas del Erasmus en noviembre del 2012, en el puente de Todos los Santos, y conocí un París gélido que me enamoró. Tuve la suerte de poder ir a visitar este mes a una de esas amigas que al final cambió Angers por París y allí me planté hace un par de fines de semana.

Otras de mis visitas más fugaces a la capital francesa fue para ir a la embajada española a tramitar mi salvoconducto (precisamente me acompañó mi amiga la que ahora vive en París, mi tocaya Andrea alias "La Bohemia") y la última vez para ponerle fin al Erasmus volando desde el aeropuerto Charles de Gaulle. Pero éstas dos últimas no voy ni a tenerlas en cuenta.

Como he tenido la suerte de hacer una escapada este mes a la ciudad de la luz, he podido comparar un poco el París invernal con el de verano, que el tiempo es un condicionante importante a la hora de planear un viaje. Y más en una ciudad grande que se patea lo que no está escrito.

Aprovechando el favor que me pide Leti voy a resumir mis consejos en tres bloques: "qué ver", "qué hacer" y "qué no hacer" en París, lógicamente todo esto desde mi humilde opinión y mi experiencia en la ciudad, cualquier sugerencia es bien recibida porque París se merece muchas visitas, como reza la frase (nunca mejor dicho lo de "rezar"): "París bien vale una misa".

Qué ver:

Lo típico, pero imprescindible:

Torre Eiffel desde Trocadéro
Torre Eiffel, hay que acercarse hasta ella aunque no tengas pensado subir (la cola y el precio son dos buenos condicionantes que harán que te decidas por una cosa o por la otra), pero estar allí, a los pies de semejante armadura de hierro (300 metros de alto) impresiona. Yo recomiendo verla desde la base, para hacerse un poco a la idea de sus dimensiones y altura y también admirarla con un poco de perspectiva desde el Campo de Marte (parada de metro: Champs de Mars - Tour Eiffel) o desde la Place du Trocadéro (parada de metro: Trocadero).

Imprescindible verla de día y de noche, iluminada gana. Por su altura la verás desde muchos puntos de la ciudad (como esa torre negra que te preguntarás qué hace ahí, estropeando el horizonte parisino, sí, es la torre de Montparnasse), de lejos también llama la atención, convierte el skyline de París en el París que todos nos imaginamos cuando nos nombran la capital francesa.

Recuerdo es especial una noche que íbamos a la Torre Eiffel y cogimos una línea de metro que va en algún tramo por el exterior. Desde el vagón se ve la torre muy de cerca cuando atraviesas el Puente Bir-Hakeim. La parada en la que nos bajamos para ir caminando hasta allí se llama "Passy". Lo que sí, nos pasamos la parada buena a propósito (la de Bir-Hakeim) para disfrutar de las vistas, aunque luego hubiese que desandar un poco lo andado mereció la pena.

Desde el metro

- Catedral de Notre Dame: la primera noticia que tuve yo de esta catedral fue en mi tierna infancia por el clásico de Disney de "El jorobado de Notre Dame", como supongo la mayoría de la gente de mi generación. Por lo que crecí con una idea de París que se resumía un poco en: Disney, Notre Dame y la Torre Eiffel. La imagen de la catedral por fuera que se ve en la película infantil es muy acertada, lo malo, o lo que a mí me pasó, es que cuando la vi en directo me pareció diminuta. Tras el chasco gana cuando entras. Una capilla que vive a la sombra de la catedral es la Saint Chapelle, está al lado de Notre Dame y por dentro es impresionante por sus vidrieras de colores. Ambas recomendadas (paradas de metro: Saint-Michel - Notre Dame o Cité).

Museo del Louvre
- Museo del Louvre: por fuera es imprescindible, sobre todo para ver el contraste entre la pirámide de vidrio más famosa del mundo y la majestuosidad del edificio en el que duermen obras de la misma categoría. 

La pirámide de 20 metros de altura (ahora estoy tirando de Wikipedia) te recibe cuando entras por los Jardines de las Tullerías, junto con la multitud de turistas que se hacen la típica foto jugando con la perspectiva y tocando la cúspide.

Esta pirámide, que comparte fama con las egipcias pero a otro nivel, es obra del arquitecto de origen chino Ieoh Ming Pei, y yo he tenido la suerte de ver otra de sus creaciones en el MUDAM (Museo de Arte Moderno) de Luxemburgo, la verdad es que la obra que ha hecho para ese Museo comparte similitudes con la de París (materiales y formas), o al menos a mí me recordó a la del Louvre antes de saber que compartían creador.

Entrar es obligatorio, da igual la cola, da igual que fuera haga frío o llueva (en septiembre tendrás suerte) pero entrar a ver a la Mona Lisa (Leonardo da Vinci) aunque esté en una vitrina, a la Victoria de Samotracia y a la Venus de Milo es imprescindible. Lógicamente el museo tiene muchísimas más obras famosas, pero estas tres tan icónicas, que salen en tantas películas y que han dado tanto que hablar, hay que verlas en directo. Todos habréis escuchado comentarios de todo tipo acerca del tamaño de la Gioconda, su "sonrisa" misteriosa, o del código que se encuentra tras esta pintura, pues bien, es hora de juzgar en primera persona.

Interior del Louvre
Creo recordar que para estudiantes (cuando yo lo era) la entrada al museo era gratis, por lo que si tienes mucho tiempo y tu estancia en París es larga, yo recomiendo verlo por partes para no acabar empachado. Esta estrategia fue la que llevé yo a cabo en el British Museum y lo vi entero durante los 9 días que estuve en Londres, también porque nuestro B&B compartía una de las calles del edificio, así que íbamos por allí todos los días porque nos quedaba de paso.
Parada de metro: Palais Royal - Musée du Louvre


Pensador
- Museo Rodin: el pensador más conocido del mundo bien merece que hagas un ratito de cola y le deleites con tu presencia en forma de visita (aunque sea fugaz).

Acercarse hasta el museo dedicado a Auguste Rodin responde exactamente a los mismos motivos por los que la visita al Louvre es obligatoria. En el museo se puede disfrutar de las esculturas de Rodin, así como de pinturas de Monet,  Van Gogh o Renoir, entre otros. (Parada de metro: Varenne).

- Museo d'Orsay: yo nunca he ido, había muchísima gente haciendo cola ese día y nuestro intento de colarnos (valga la redundancia) fue fallido, con lo cual no he tenido la suerte de verlo por dentro, pero si es una visita obligada en cualquier guía de París, será por algo. Deberes pendientes para la próxima escapada a la ciudad. (Parada de metro: Musée d'Orsay).

Pompidou
- Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou: un edificio curioso como el que más, que alberga el arte contemporáneo más selecto de la ciudad. 

Aunque no entres  a ver la exposición (yo no lo hice, supongo que era muy caro para mi bolsillo por aquel entonces) solo verlo por fuera merece la pena. También puedes acceder al hall y a la tienda del museo, eso sí que lo hicimos.

Este lugar despierta varios sentimientos encontrados; al principio no sabes muy bien por qué decantarte, yo creo que es el típico sitio que o te gusta mucho (como es mi caso) por lo diferente y original que es o directamente te espanta porque no pega ni con cola con el resto de París.

Lo que es la estructura del edificio como tal, es externa, lo que ves son tuberías de colores enormes, cables por todos lados y una estética llamativa que no deja a nadie indiferente. Han abierto hace relativamente poco un centro Pompidou en Málaga, pero no tiene nada qué ver con el francés. 

Volviendo al de París, justo al lado hay una pequeña plaza que conecta el Pompidou con St-Merri que tiene una fuente con elementos decorativos muy del estilo del museo en sí. (Parada de metro: Rambuteau).

Fuente en cuestión

- Jardín de las Tullerías: es el jardín de Louvre, se encuentra entre la Avenida de los Campos Elíseos y el museo. Fue diseñado por “Le Notre”, el mismo arquitecto paisajista que trabajó y diseñó los jardines del Palacio de Versalles (Wikipedia de nuevo). 


Fuente del Jardín de las Tullerías desde las cadenas de la feria
No es muy grande, por no decir que es bastante pequeño en comparación o otros parques de París, pero tiene su encanto, muy verde y con una fuente circular en el medio. (Parada de metro Tuileries). Esta última vez que estuve en París tuvimos la suerte de que estaba montada en este espacio "la Feria", que no son más que las típicas barracas que hay en todo pueblo que esté en fiestas, pero siendo París y emplazadas en las Tullerías gana por todos los lados. Lo mejor fue sin duda la decisión de subirnos en las cadenas y ver la vista aérea de la ciudad, si os coincide algo así seréis afortunados.


Sacré Cœur
- Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre (Sacré Cœur). El barrio de los pintores, los artistas, el bohemio, el de los cabarets y el café de la película de Amelie (Café des Deux Moulins). El barrio en el que estaba emplazado el apartamento que alquilamos esa semana maravillosa en París (Boulevard de Rochechouart - Parada de metro Pigalle). Cuando volví a la ciudad del amor por excelencia hace dos fines de semana, el primer lugar al que nos llevó la Bohemia (no podía ser de otra forma con ese nombre con el que la hemos bautizado en el Erasmus) fue a Montmartre.

Nos bajamos del metro en Pigalle y Clara rápidamente reconoció la calle de "nuestro" apartamento (ojalá fuese nuestro). Cenamos en la terraza de un restaurante a las 12 de la noche (muy españolas nosotras) con un señor que tocaba el acordeón a nuestro lado.

Moulin Rouge
Desde Pigalle se puede ir andando hasta el Sacré Cœur, que está situado en 35 Rue du Chevalier de la Barre, es un recorrido de unos 10 minutos a pie, si la memoria no me falla. Desde allí las vistas de la ciudad también son espectaculares. También queda al lado el famosísimo (y decepcionante) Moulin Rouge, la parada de metro más cercana es Blanche, pero desde Pigalle son 5 minutos andando, es la misma calle. Y al lado del Moulin Rouge está el café de la película Amelie.

Otros edificios/sitios de interés cultural, arquitectónico:
- Palacio Garnier (Ópera de París), parada de metro: Opera.
- Palacio Real de París, parada de metro Palais Royal - Musée du Louvre.
- Panteón, parada de metro Cardinal Lemoine.
- El Palacio de Versalles, que está a 20 kilómetros de París, esto ya si tienes tiempo de sobra, yo no he ido nunca, pero seguramente merezca muy mucho la pena, está en mis pendientes.
- Hôtel de Ville: el Ayuntamiento de París.
- Obelisco de Luxor en la Plaza de la Concordia.
- Columna Vendôme en la Plaza Vendôme, aunque ahora la columna la están restaurando y está tapada por un panel con la fotografía.

Menos turístico pero muy recomendable:

- Les Ateliers d'Artistes du 59 Rue de Rivoli - La Casa de los Artistas del número 59 de la Calle Rivoli, mejor que un museo de arte contemporáneo, ya que en la casa de varias plantas cohabitan los artistas en cuestión y puedes ver en vivo y en directo sus creaciones mientras ellos están allí trabajando. La "decoración" de la casa, si es que se le puede catalogar como tal, porque las paredes rezuman arte por los cuatro costados, es digna de ver. 



Interior de la casa
Cuando nosotras fuimos invertimos un buen rato en ir de estancia en estancia mirando y observando cada pieza allí expuesta, cada una más extraña que la anterior, ya se sabe, el arte tiene una interpretación diferente para cada uno, eso es lo divertido.

Allí mismo pueden hacerte un retrato y te lo llevas puesto, no son como los que hacen en Montmartre los pintores en la calle, sino algo más alternativo. Es gratis entrar, se deja la voluntad al salir. (Parada de metro Châtelet).

Qué hacer:

Lo típico, pero imprescindible:

Pasear por los Campos Elíseos: visitar el conjunto artístico que forman el Petit Palais (Museo de Bellas Artes) y el Grand Palais (Palacio de las Bellas Artes). Caminar por la Avenida de nombre homónimo (Avenida de los Campos Elíseos) y acabar en el Arco del Triunfo.

Arco del Triunfo

Puedes echar un ojo a los escaparates de las firmas de moda más exclusivas como Louis Vuitton, o comprarte una básica en h&m. Además de un buen sitio para los amantes de las compras esta avenida tiene su importancia porque es donde se sitúa la meta del Tour de Francia. (Parada de metro para empezar el paseo: Champs-Élysées - Clemenceau, parada de metro para ver el Arco: George V).

Cruzar el Sena a través del puente de Alejando III y adentrarse en la zona de los Inválidos, en la que se encuentra el Palacio Nacional de los Inválidos que alberga la tumba de Napoleón. (Parada de metro: Invalides).

Tumba de Napoleón

Menos turístico pero muy recomendable:

Terraza panorámica en la última planta de las Galerías Lafayette Haussmann. Desde la séptima planta de estas galerías tan emblemáticas se ve el Sacré Coeur, la fachada trasera de la Opera Garnier y se puede admirar a lo lejos la silueta inconfundible de la Torre Eiffel. 


Vistas desde la terraza panorámica de las Galerías Lafayette


Las galerías por dentro también merecen la pena, el lujo más frívolo de marcas como Chanel, Dior y todo el elenco de la alta costura, se mezclan con una vidriera despampanante que ilumina el interior del edificio. Es gratis y hay Wi-Fi. (Parada de metro Chaussé d'Antin Lafayette). 


Interior Galerías Lafayette

- Entrar a la librería independiente Shakespeare and Company. Fue Clara, amante de la literatura, la música y de París, quien nos la enseñó la semana de nuestro viaje, es muy bonita por dentro, huele a libros antiguos, a historia y tiene mucho encanto, además hay dentro un piano y Clara se puso a tocar, muy de peli el momento. La recuerdo con especial cariño porque apenas había gente dentro y estar ojeando libros mientras Clara tocaba era un momento muy zen. Otro motivo por el que no me he olvidado de esta librería con solera es por el incidente con unas bragas recién compradas y allí olvidadas en su bolsita de Oysho con el ticket de compra, que finalmente la dueña en cuestión pudo recuperar.

- Comer una crêpe de nutella o de crema de castañas paseando por el Barrio Latino, en el que se encuentra la histórica Universidad parisina más famosa por excelencia, La Sorbona. (Parada de metro: Cluny - La Sorbonne).

- Tomarse una cerveza o un vino rosado (Rosé Pamplemousse) en una de las orillas del Sena. Aprovechando que el río es navegable muchos barcos ofrecen rutas de 40-50 minutos por el Sena a los turistas, yo en París no lo he hecho nunca, sí que lo hice en Oporto porque ofrecían una visita a una bodega y cata y en Gante con una cerveza incluida (las prioridades claras).

- Comer una galette (crêpe salada) en Au P'tit Grec, en la Rue Mouffetard, o donde te cuadre, es difícil ir a un sitio en las que las hagan mal.

- Ir de compras (o a mirar simplemente) al centro comercial Citadium. Nos llevó La Bohemia la última vez que estuvimos en París y me gustó mucho, tanto las marcas que venden como el diseño del edificio. Neones (vena hortera), y un espacio muy diáfano lleno de stands. El centro comercial está dividido por plantas y por secciones, hay ropa, zapatillas, accesorios... Marcas como Adidas, Vans, Cheap Monday, Levi's; tiendas como Pull&Bear (que ahora mismo recuerde). Parada de metro: Havre - Caumartin.



Qué no hacer:

- Colarse en el metro, y esto lo aclaro porque sé que Leti lo hará igualmente, pero quién avisa no es traidor, y nosotras sufrimos las consecuencias la semana que estuvimos en la ciudad de la luz con una multa. 10 billetes cuestan aproximadamente 14 euros, tampoco es una ruina, pero el metro es imprescindible en una ciudad de las dimensiones de París, por eso el siguiente punto:

- Llevar el dinero justo. París es una ciudad muy cara y para disfrutarla mínimamente no se puede escatimar demasiado. No es una capital de centroeuropa que todavía tiene su propia moneda y comes en cualquier sitio muy bien por muy poco. No, por desgracia no.

- Di adiós a los estereotipos. No te creas parisino/a por llevar una boina, una camiseta de rayas o un pañuelo rojo al cuello. Esto puede parecer absurdo, pero la gente lo hace, y se ve a leguas a los turistas que van con este atuendo por las calles de París dando el cante. Ya no es el tema de caer en estereotipos, sino que vas anunciando que eres guiri y eso puede acarrear cosas negativas.


"París es la ciudad que uno ama para vivir. A veces pienso que esto es debido a que es la única ciudad en el mundo donde se puede salir de una estación del tren -Gare d'Orsay-, y ver, al mismo tiempo, los principales encantos: El Sena con sus puentes y puestos de libros, el Louvre, Notre Dame, el Jardín de las Tullerías, la Place de la Concorde , el comienzo de los Campos Elíseos, casi todo, excepto los Jardines de Luxemburgo y del Palais Royal; pero, ¿qué otra ciudad ofrece tanto al salir de un tren?".

Margaret Anderson

París desde el Sacré Cœur

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