domingo, 28 de abril de 2013

Tania Martínez

Hace mucho que no escribo por aquí, al pasarme al bando del periodismo como redactora, de lo que menos ganas tengo al volver a casa es de escribir todavía más, pero hoy me apetece presumir de amiga.

Tania Martinez Lareo, o lo que es lo mismo, la ganadora de la Galicia Fashion Week (GFW) dos veces consecutivas, en 2012 y en 2013. Paradójicamente el 13 es el número de la mala suerte, pero a ella le ha traído de la buena, una suerte que como digo siempre, no viene sola, hay que buscarla y trabajarla.

Hace ya un mes de la GFW cuando todos los periódicos gallegos se hicieron eco del galardón de Tania, y ayer tuve la suerte de acompañarla a un desfile en el hotel SPA OCA Galatea de Sanxenxo, al que fue invitada. En calidad de fotógrafa (y de amiga) pasé con ella todo el día; salimos de Santiago a la 1 del mediodía y volvimos a las 3 de la mañana. No puedo estar más contenta de haber visto desde dentro el trabajo en el que tanto empeño pone mi amiga día a día.

sábado, 13 de abril de 2013

Olores


Hay canciones que te llevan atrás en el tiempo, te recuerdan momentos que creías olvidados reviviéndolos con absoluta nitidez. Algunas te traen el resquicio de un dolor superado, otras te suben el animo como un chute de felicidad. Hay canciones para determinados momentos y para diferentes sentimientos.

Con los olores pasa lo mismo. Cada persona desprende un olor distinto, tan característico, tan suyo, tan intransferible, tan personal.. Da igual que dos personas usen la misma colonia, porque en la piel de cada uno el aroma es distinto. Así el olor es algo que se queda grabado en el cerebro, y aunque pase el tiempo, no se olvida. Hay olores que te recuerdan determinados momentos y personas, olores familiares que te hacen sentir bien, como en casa. Cuantas veces nos habrán dicho "huele a ti" y nos habremos preguntado cómo será ese olor porque no podemos percibirlo; sin embargo al revés nos pasa. Llegar después de meses a casa y que huela precisamente a eso, a casa. Reencontrarte con alguien tras meses de distancia y al volver, ese olor en medio de un abrazo te hace ver que nada cambió.

Guardaba el frasco de su colonia como oro en paño a falta de un par de toques para acabarse. Que ese bote se quedase vacío era el sinónimo de un abandono improvisado. Es increíble lo que un olor puede hacer en nuestros recuerdos. Dentro del cristal estaban las últimas gotas de lo que conseguía hacer que lo sintiera cerca a pesar de los kilómetros de distancia. Además de su colonia, se había llevado uno de los jerséis que tenía olvidados en el armario. Sólo lo sacaba del cajón en el que se encontraba (perfectamente doblado) para olerlo, y no lo dejaba mucho tiempo fuera de éste, no fuese a ser que se perdiese el aroma que hacía que lo sintiera cerca aunque estuviera lejos. 

miércoles, 10 de abril de 2013

Periodista en prácticas


Hacía mucho que no escribía aquí contando mis nuevas peripecias, que la verdad son bastantes. Y después de los meses de silencio, me apetecía volver a escribir, ya no sólo para informar de mi andanzas a todos aquellos a los que os importan, sino porque tenía ganas de escribir, que lo tengo muy abandonado y realmente, es algo que me gusta hacer. Además esto me sirve después como recordatorio de otras muchas cosas.

Me remonto a enero, cuando había contado por aquí que me habían concedido las prácticas que yo quería, 3 meses en la agencia de publicidad de Coruña BAP&Conde.  Pues para mi desgracia (y la del resto de mis compañeros), éstas han sido un fail (un fiasco) en toda regla y después del disgusto y la incertidumbre del “¿qué pasará?” he aterrizado en la agencia EFE de Santiago. No voy a contar el por qué no se llevarán a cabo, porque es un tema que he repetido hasta la saciedad y además me pone de mala hostia, así hablando mal y rápido.

Mi vida desde que llegué de Francia hasta el 1 de abril no ha sido muy ajetreada en lo que a rutina se refiere, salvo las clases en Pontevedra los martes, el tfg y alguna que otra cosa como el curso que hice con Julia de carteles, salvo esas tres excepciones, no estaba haciendo prácticamente nada, y aunque se vive muy bien de “vacaciones”, no es lo mío; a mí me gusta estar ocupada y hacer cosas, muchas cosas, sentir que no me llegan las horas del día para todo, es algo masoca realmente, pero vivo mucho más feliz un poco agobiada y con la mente ocupada.