Una vez que te enfrascas en la ardua tarea de hacer un proyecto de investigación, o lo que es lo mismo, un TFM (trabajo final de Máster), el principio es duro, hay que recopilar información y sumergirse en la literatura gris que se ha escrito sobre tu tema. Revisar lo qué han dicho otros y lo que han aportado a tu ámbito de estudio para no repetir, ya que si tú mismo no vas a agregar ni a "descubrir" nada nuevo, puedes ahorrarte el esfuerzo y el tiempo, ambas cosas muy preciadas.
Las primeras semanas son un mar de dudas, no sabes qué hacer, ni cómo empezar, lo propio parece ponerse a escribir y llenar hojas y hojas con información relevante... al menos en mi caso necesitaba redactar para sentir que avanzaba. Los primeros días es fundamental la ayuda del tutor para que te guíe y te oriente con el fin de optimizar el tiempo.
Empezamos haciendo consultas de catálogos de biblioteca, en bases de datos de nuestro campo, con las lecturas de artículos interesantes, libros, ensayos... el primer mes (como mínimo) te lo pasas recopilando información y centrándote en el tema; que puede parecer una obviedad pero es difícil conseguirlo. Los siguientes meses de encierro mental los inviertes en leer todo aquello que pueda servir como aporte a tu marco teórico.